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La salud bucodental de la población depende, como casi todo en esta vida, de múltiples y diferentes factores. Entre los más importantes y poco atendidos factores, encontramos aquellos relacionados con el estado y la salud psicológica de las personas.
Sin duda, los trastornos mentales son habituales en nuestra sociedad, sobre todo los relacionados con la depresión y la ansiedad, por lo que es importante conocer la relación que tienen estas psicopatologías con la salud de nuestra boca para poder tratar correctamente un problema bucal.
No es muy efectivo tratar una patología oral si las fuentes del problema se mantienen activas.
Depresión y salud dental
Todos conocemos más o menos la depresión. Es un trastorno afectivo común que, entre otras cosas, debilita a la persona y la sume en un estado de pensamientos y emociones negativas, como la tristeza y la desesperanza, unido a una notable pérdida de energía, de la líbido y otros síntomas que impiden a la persona vivir con normalidad.
La depresión se asocia normalmente a problemas relacionados con la pérdida de interés común, lo que se traduce en una pérdida de interés en la salud y en el cuidado de la boca. Por lo tanto, con una desatención por los cuidados de la boca, lo más habitual será la presencia de caries, enfermedades periodontales y la pérdida de dientes, algo que afecta negativamente a la autoestima, complicando más, si cabe, tanto el tratamiento psicológico como el odontológico.

Otros problemas que han demostrado estar relacionados con la depresión son la gingivitis, la periodontitis, la candidiasis oral, la xerostomía (sequedad de la boca debido a la falta de salivación), ciertas lesiones orales y problemas de ATM (articulación temporomandibular). Muchos de estos problemas, de hecho, están íntimamente relacionados con el uso y la ingesta de medicamentos antidepresivos, como por ejemplo, la xerostomía.
En esta patología la medicación antidepresiva reduce la actividad de las glándulas salivales y, por tanto, si tu dentista conoce de antemano el tratamiento farmacológico del paciente puede recetarte enjuagues bucales, aplicaciones tópicas y otros productos para revertir los problemas de sequedad bucal y posibles candidiasis.
Ansiedad un auténtico martillo para nuestra salud dental
Podríamos decir que la ansiedad en estado patológico es una de las enfermedades más habituales de nuestra sociedad. Estrés, vidas exigentes, continuos estímulos, etc., no nos ayudan a tener la paz necesaria para afrontar con garantías nuestra vida cotidiana.
La ansiedad, y pese a no ser inherentemente negativa, en cantidades elevadas constituye un auténtico martillo contra nuestra salud.

Así, la hipervigilancia, la excitación del sistema nervioso autónomo simpático y su consiguiente hiperactividad en neurotransmisores “excitantes” como la adrenalina o la noradrenalina, provocan un estado general que nada hacen por la salud bucodental.
Además, su habitual presencia en cuadros combinados con depresión ayuda a instaurar en la persona esa “dejadez” que suele conducir a caries y demás problemas bucodentales atribuidos a la pérdida de interés por la salud oral.
Otras variables que podemos relacionar con la ansiedad y que nada hacen por la salud bucodental son el tabaquismo, íntimamente asociado a la ansiedad, depresión y otros problemas psicológicos, o el bruxismo, propio de estados de nerviosismo general capaces de convertir tu dentadura en piezas de frágil cristal.
Y, cómo no, la ansiedad dental es el enemigo por excelencia de la salud bucodental porque impide acudir a la consulta de nuestro dentista de confianza. Sin duda, la ansiedad dental, presente en proporciones considerables de la población, puede y debe ser considerada por el equipo odontológico con especial atención y sensibilidad.
Si la ansiedad dental te separa de tener una salud bucodental correcta, debes saber que hay modelos de atención capaces de contrarrestar dichos problemas. Dicho de otro modo, la ansiedad dental puede tratarse en clínicas especializadas en ansiedad y fobia dental, por lo que no debería ser una excusa.
Esquizofrenia produce sequedad de la boca
La esquizofrenia es uno de los trastornos mentales más incapacitantes, crónicos y severos. Sus principales síntomas son los delirios, las alucinaciones, pensamientos y conductas motoras desorganizados, aplanamiento afectivo y anhedonia (incapacidad de experimentar satisfacción y placer).
Su afectación a la salud dental tiene que ver tanto con la sequedad de la boca, asociada a los antipsicóticos, como a la sintomatología de la psicopatología. En este sentido, más de la mitad de personas con esta afectación presentan problemas de ausencias dentales, caries graves y mala higiene bucal.
Cabe destacar, por un lado, que la sintomatología extrapiramidal de la esquizofrenia relacionada con el uso de antipiscóticos típicos (temblores) está relacionada con un mal cepillado de los dientes y que, por otro lado, la sintomatología negativa (anhedonia, aplanamiento afectivo, etc.) está relacionada a una pobre higiene dental asociada al desinterés por la misma.
Trastorno bipolar provoca caries, xerostomía, bruxismo
El trastorno bipolar se caracteriza por un cuadro combinado de episodios de depresión con episodios maníacos.
O sea, un humor patológicamente cambiante y extremo, alternando la excitación, la verborrea, la hiperactividad y la desinhibición propias de la fase maníaca, con la sintomatología inversa en los estados depresivos.
Nuevamente, dichos trastornos se asocian a la presencia de caries, xerostomía, bruxismo y otros problemas bucodentales, algunos de los cuales se deben a los medicamentos utilizados para el tratamiento farmacológico del trastorno.

Demencia y las enfermedades periodontales
Problemas de funcionamiento cognitivo, desorientación, pérdida progresiva de memoria, entre otros síntomas, son algunas de las características más destacadas de las diferentes demencias, entre las que destacan enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, la demencia vascular, la demencia con cuerpos de Levy o la demencia frontotemporal.

En todos los casos está demostrado que la salud bucodental de las personas que sufren este tipo de demencias es inferior a la de personas que no las padecen. Nuevamente las caries, enfermedades periodontales y problemas con la salivación exigen más controles odontológicos combinados con la utilización de colutorios y estimulantes de la salivación, fluoruros tópicos y demás productos que corrigen la problemática relacionada.
Un aspecto destacable es que en ocasiones este tipo de pacientes, por su estado cognitivo, presentan una incapacidad para identificar o discernir las propias patologías orales, por lo que sus cuidadores deberán estar atentos a posibles señales, como la negativa a comer, inquietud, dolor, etc.
La salud bucodental no solo depende de la boca
Nuevamente queremos incidir en el hecho que nuestra salud oral está relacionada, mucho más de lo que pensamos, con otros factores aparentemente externos a nuestra boca.
El cómo vivimos, cómo comemos, cómo nos relacionamos con nuestro entorno o cómo experimentamos nuestro día a día es tan importante para nuestra salud bucodental como la higiene dental diaria que tengamos.
Por ejemplo, de nada sirve hacer una rehabilitación integral a una persona si luego no atendemos a un bruxismo patológico que destrozará su nueva sonrisa en pocos meses.
La vulnerabilidad a contraer patologías bucodentales de las personas con trastornos mentales es más que evidente, motivo por el cual debemos atender a este tipo de personas desde un enfoque integral y pluridisciplinar. La salud bucodental depende de ello.
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