Una sonrisa armónica y bien alineada suele asociarse a haber pasado por un largo tratamiento de ortodoncia. Lo cierto es que en muchos casos el origen de una sonrisa de película es ese, o incluso que la genética permita lucir sonrisa de manera natural, pero lo cierto es que hay otras opciones de lucir una sonrisa envidiable.
Sin duda, son muchas las personas que, aunque pretendan disfrutar de la sonrisa perfecta, no están dispuestas a someterse a largos y no siempre estéticos tratamientos ortodónticos. Así, tanto brackets como alineadores transparentes pueden a suponer un freno importante a la hora de tratarse ciertos problemas de alineación dental.
Afortunadamente, en muchos casos, podemos conseguir en pocos días una sonrisa digna de Hollywood sin tener que recurrir a tratamientos de ortodoncia. Es aquí donde entra en escena el tratamiento de estética dental por excelencia: las carillas dentales.
¿Cómo pueden las carillas dentales mejorar la estética dental?
Sin duda, las carillas dentales son el tratamiento dental con unos resultados más asombrosos y radicales. Es más, las carillas dentales permiten, en muchos casos, una transformación radical de la estética dental.
Las carillas son unas finas láminas, normalmente cerámicas, con un grosor inferior a 0,5 milímetros y que cubren la parte externa de los dientes. El hecho que sean unas láminas tan finas permite que la preparación de los dientes sea mínima, en algunos casos, casi inapreciable, lo que favorece la preservación del diente.

El objetivo de las carillas dentales es restaurar la apariencia de los dientes, pero en ningún caso devolver su funcionalidad. En este sentido, no todos los casos son aptos para carillas dentales, ya que, en algunas situaciones, como, por ejemplo, en casos de mala oclusión o alineación, es posible que debamos corregir la posición de los dientes con ortodoncia antes de tratar con carillas dentales.
No obstante a lo anterior, en piezas dentales que precisan pequeñas modificaciones de forma, color o alineación, las carillas dentales permiten una corrección instantánea. Es decir, las carillas dentales solucionan en pocas horas pequeñas malposiciones, colores indeseados o formas poco armónicas.
¿Cuánto duran las carillas dentales?
La respuesta es sencilla: lo mismo que pueden durar los dientes. Eso quiere decir que si se cuidan, las carillas pueden durar toda la vida, pero si se hace un mal uso, pueden durar apenas unos minutos. Lo normal es que puedan durar unos 20 años, aunque el hecho que los dientes que sirven de soporte puedan sufrir alteraciones, hace que la vida de las carillas sea variable.

¿Tienes dudas entre la ortodoncia y las carillas dentales?
Si no sabes cuál de los dos tratamientos es más adecuado para ti, lo normal es que consultes con tu dentista de confianza para que te pueda asesorar.
Son muchos los casos que son mejor resolverlos con carillas y otros tantos que deben corregirse con ortodoncia. Incluso hay casos en los que es necesario o aconsejable resolverlos con ambos tratamientos. En todo caso, si acudes al sitio adecuado, el dentista hará más fácil tu decisión.
Los principales problemas dentales que las carillas dentales pueden resolver
Dientes rotos
Unos de los problemas más habituales y molestos es tener alguna pieza dental parcialmente rota. Así, pequeñas roturas producidas por traumatismos en la boca, producto de caídas, alimentos demasiado duros, bruxismo y otras causas, pueden empeorar la apariencia de la sonrisa.
Este problema es crítico cuando hablamos de piezas anteriores, como los incisivos centrales, los laterales o incluso los colmillos. Es importante también descartar que la rotura no haya producido también una rotura a nivel interno del diente, algo que impediría la colocación de carillas.


Dientes con tinciones
Otro de los problemas habituales en nuestros dientes es que, con el paso de los años y debido a ciertos factores, sufran alteraciones en el color, con manchas, tinciones u otros problemas cromáticos. Cuando estas tinciones son notables, suelen afectar a la autoestima y reducen la frecuencia de sonrisas, es decir, provoca un complejo que impide una sonrisa natural y abierta.
Las tinciones suelen tener los siguientes orígenes:
Hábitos alimenticios y malos hábitos
Ciertos alimentos, bebidas y productos tiñen los dientes de manera importante. Así, por ejemplo, el vino, algunas frutas y verduras, el café y, por supuesto, el tabaco, llegan a convertir el blanco del esmalte en otros colores menos estéticos y atractivos. Es aquí donde las carillas pueden solucionar de una vez por todas el problema del color de los dientes.
Factores ambientales
Por ambientales nos referimos a factores externos a nuestros dientes pero que acaban generando consecuencias en los mismos. Por ejemplo, el caso más habitual es el uso de medicamentos como las tetraciclinas, muy habituales hace algunas décadas y que provocaron muchos problemas en el esmalte de muchas personas. Es el clásico color gris/marrón difícil de ocultar y que compromete enormemente la estética dental.


Dientes blancos para siempre
Los blanqueamientos dentales son, en muchos casos, efectivos, pero el resultado es pasajero. Es decir, unos dientes teñidos por el vino o el café pueden recuperar su color original, pero si no eliminamos el hábito que los oscurece, los dientes volverán a teñirse. Además, en casos de tinciones por tetraciclinas y otras manchas en el esmalte, el blanqueamiento dental no pude corregir el problema.
Sin embargo, las carillas dentales cerámicas, elaboradas con materiales totalmente inorgánicos, no son susceptibles de teñirse o perder color. Si te pones unas carillas blancas, así estarán mientras estén en tu boca. Eso sí, habrá que mantener una buena higiene pues las encías seguirán necesitando una impecable salud bucodental.


Leves malposiciones
Casi siempre que tengamos una mala alineación debido a leves malposiciones podemos recurrir a carillas dentales. Cierto es que en muchos casos lo recomendable sería someterse a un tratamiento de ortodoncia para corregir malposiciones, pero para aquellos casos leves en los que la oclusión sea también buena, las carillas dentales pueden ahorrar mucho tiempo y aportar una estética dental superior. Por ejemplo, las carillas pueden eliminar diastemas (espacios interdentales demasiado grandes), piezas algo rotadas y malas alineaciones entre dientes. Eso sí, estos problemas deben ser leves para que el uso de carillas pueda corregirlos.


Formas y tamaños indeseados
En ocasiones, pese a tener una buena alineación y un color adecuado, las formas de los dientes no son de nuestro agrado. En otras, el tamaño de alguna o todas las piezas dentales anteriores no permiten lucir una sonrisa amplia y armónica. Para estos casos, las carillas dentales son también la mejor solución.
Para tener la sonrisa perfecta
No siempre debes tener un problema para recurrir a las carillas dentales. Así, algunas personas, con una alineación perfecta y un color bonito, deciden colocarse carillas simplemente para tener una sonrisa perfecta. Puesto que en estos casos la preparación de los dientes es mínima -o nula-, es perfectamente adecuada la colocación de carillas aun cuando la necesidad sea discutible. No olvidemos que la estética es, en gran medida, subjetiva.
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