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¿Qué son las llagas o aftas bucales?
Las llagas o aftas bucales son un tipo de lesión bucal muy común y no contagiosa caracterizada por pequeñas y dolorosas irritaciones o protuberancias de color blanco rodeadas por una zona enrojecida.
Suelen localizarse en la lengua, las mucosas de la boca, los labios o incluso el paladar y pese a que no tienen la importancia de otros trastornos bucales como el herpes labial, la candidiasis o la leucoplasia, las aftas pueden llegar a interferir en la alimentación y la calidad de vida de las personas, sobre todo cuando son recurrentes y de origen desconocido.
Causas de las llagas bucales
La etiología de las aftas hay que atribuirla a diferentes factores y no puede establecerse una causa única y lineal.
Así, podemos determinar que las aftas se deben a un conjunto de factores que van desde una base genética que predispone a padecerlas de manera recurrente, hasta una serie de factores que precipitan la aparición de las aftas.
Por ejemplo, ciertos traumatismos en la boca (mordidas, por ejemplo), factores hormonales, ciertos estados inmunológicos, estrés, infecciones bacterianas o virales, alergias alimentarias o deficiencias nutricionales (hierro, ácido fólico, vitamina B12, Zinc).
Carencias nutricionales
Es importante que las carencias nutricionales sean identificadas puesto que en ocasiones ocultan problemas más serios, como por ejemplo, celiaquía, colon irritable o mala absorción.
En otros casos estas carencias se deben, simplemente, a una inadecuada alimentación, por lo que bastaría con corregir nuestros hábitos alimentarios para poder dotar a nuestro organismo de los nutrientes necesarios y, en consecuencia, dejar de padecer aftas.
Alergias
Cuando el origen de las llagas está relacionado a ciertas alergias o hipersensibilidades a determinados alimentos, normalmente frutos secos, marisco, quesos, chocolates, vinagres, leche, soja o frutas como la piña o el limón, es importante que establezcamos los patrones que nos provocan la aparición de las llagas, es decir, que sepamos qué alimentos son los culpables de las aftas para poder eliminarlos de nuestra dieta y/o substituirlos por otros no lesivos para nuestro organismo.
Tabaquismo
El tabaquismo, como no, también es un factor predisponente y precipitante en la aparición de las llagas debido a la exposición a los agentes tóxicos, irritantes e incluso carcinógenos del tabaco. Sin lugar a dudas, el tabaco lo empeora todo.
Genética
Cada persona nace con una herencia genética que conlleva unos patrones básicos de funcionamiento fisiológico.
Quien nace con una propensión a las aftas debe intentar conocer su organismo para intentar regular los factores que precipitan la aparición de llagas.
Hábitos higiénicos y aparatos protésicos/ortodóncicos
Del mismo modo, una mala o incorrecta higiene bucodental es propicia a la aparición de aftas bucales, tanto por defecto de higiene como por un exceso de ímpetu en la limpieza de la boca.
Así, por ejemplo, un mal uso de un cepillo dental con cerdas demasiado duras puede producir lesiones en la boca que acaben en llagas, del mismo modo que aparatos protésicos y/o ortodónticos defectuosos o mal ajustados pueden conducir a molestas heridas que evolucionan en dolorosas aftas.
Estrés, hormonas y sistema inmunológico
El estrés, muy unido a la ansiedad y a ciertos contextos psicofisiológicos de hiperactivación del sistema nervioso autónomo (simpático), puede conducir tanto a un estado de segregación de hormonas perjudicial (adrenalina, noradrenalina, glucocorticoides, etc.), como a una depresión del sistema inmunológico, lo que conlleva un estado propicio a la aparición de enfermedades y dolencias.
Entre las posibles consecuencias encontramos las llagas bucales, que pueden derivar de un estrés acumulado.
Daños en la mucosa
Sin abandonar el apartado de los hábitos alimentarios, debemos decir que ciertos alimentos y bebidas pueden dañar la mucosa de la boca y precipitar la aparición de aftas, como por ejemplo las comidas picantes, las bebidas ácidas o excesivamente calientes y alimentos rugosos o duros que pueden dañar mecánicamente la boca.
Síntomas de las llagas bucales
Los síntomas son conocidos. Son básicamente la aparición de heridas blanquecinas rodeadas de una zona rojiza que conforman protuberancias normalmente pequeñas (2-5mm de diámetro) pero muy dolorosas. En función de la zona donde aparezcan el dolor va de leve y difuso a importante y agudo.
De hecho, en zonas de movilidad importante y/o partícipes en la masticación, deglución y habla (frenillo, labios, punta de la lengua, etc.), el dolor puede ser muy acusado e impedir llevar una vida normal, alterando la alimentación a niveles notables. No son pocas las personas que ante aftas dolorosas dejan de comer alimentos sólidos para evitar las consecuencias de las dolorosas llagas bucales.
Tratamiento de las llagas bucales
Afortunadamente los tratamientos existentes para el tratamiento de las aftas son hoy en día numerosos y efectivos. Eso sí, la efectividad del tratamiento contra las llagas estará muy relacionado al origen de las mismas. Veamos qué remedios disponemos contra las aftas:
Ácido hialurónico
Anestésicos locales
Antinflamatorios
Antisépticos bucales tópicos
Productos naturales y/o remedios caseros
Pese a que no es una solución tan efectiva como las anteriores, no son pocas las personas que utilizan productos naturales como aceites, extractos de plantas o incluso hielo, vinagre, agua con sal o enjuagues con bicarbonato sódico.
Como suele ser habitual con los remedios naturales y caseros, no hay estudios suficientes que demuestren su eficacia contra las aftas o, si los hay, muestran una menor consistencia frente a las soluciones farmacológicas mencionadas.
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