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Muchas personas acuden a la clínica dental con la esperanza de salir de ella con una boca de cine. En ocasiones eso es posible gracias a los diferentes tratamientos odontológicos de estética dental que se pueden realizar, cuyos resultados eran inimaginables hace unos años.

No obstante, y pese a que se desee con todo el corazón, en otras ocasiones no se puede conseguir aquella boca soñada debido a las limitaciones inherentes a la constitución físicaEsas limitaciones particulares, de hecho, hacen que la odontología solo pueda que mejorar, aunque sea mucho, la funcionalidad y la estética de nuestra boca, pero en ningún caso te permite acabar, por poner un ejemplo, con la boca de la actriz de Hollywood de turno.

¿En qué casos podemos dejarte una boca perfecta?

Tener dientes perfectos, ¿es posible?

Pues básicamente en aquellos casos en que, gracias a la estructura ósea y las piezas dentales, tenemos una buena situación de partida.

Para concretar, hablamos de aquellos casos en que solo tenemos que cambiar el color y/o la alineación de manera leve, pero donde todo lo demás es correcto.

Por ejemplo, en aquellas personas con una buena amplitud de arcada maxilar, con todas sus piezas alineadas, con un tamaño de la pieza normal, con un estado correcto de las encías y con una mordida adecuada.

Si alguna de estas cosas falla, la boca ya no podrá ser de 10 a menos que no recurramos a tratamientos agresivos o más complejos como, por ejemplo, las coronas con tallados agresivos, las extracciones junto con implantes dentales o incluso la ortodoncia. Por más que queramos, no podemos convertir una boca “normal” en la boca de Julia Roberts. Así es.

¿Cuáles son los casos más complicados de rehabilitar?

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Mala oclusión

En aquellos donde la mordida está seriamente comprometida y un tratamiento de estética dental no se puede realizar sin ser intrusivos. Si colocamos unas carillas dentales y la mordida no es funcional, el tratamiento fracasará, por lo que antes de pensar en la estética debemos arreglar la funcionalidad de la boca.

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Paladar muy estrecho

Las personas con un paladar muy estrecho que desean ganar amplitud con un tratamiento “rápido” y poco agresivo deberían tener pocas expectativas de tener la boca 10. Podemos ganar unos milímetros, pero nunca transformar tu boca en aquella que enseña todos los dientes cuando ríes. Si antes de acudir al dentista solo enseñas 6 dientes cuando ríes, nada hará que enseñes luego 14.

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Dientes grandes

Otro clásico son las personas que tienen los dientes muy grandes y desean reducir su tamaño. Se puede mejorar la longitud, en muchos casos, pero si la alineación previa es correcta, o sea, si los dientes de esa persona son grandes y se tocan correctamente, la anchura no podrá reducirse sin generar espacios interproximales. Es pura física.

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Sonrisa gingival

Muchas personas quieren dejar de enseñar las encías cuando ríen, algo que se puede conseguir solo en casos leves, pero nunca en aquellas personas que muestran demasiada encía como para resolverlo mediante gingivectomía.

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Bruxismo

En aquellas personas que aprietan sus dientes de manera patológica, la estética dental tiene grandes posibilidades de fracasar. Una persona adulta apretando con fuerza sus dientes, romperá todo aquello que encuentre en su camino. Por tanto, en casos de bruxismo severo, lo mejor será combatirlo o todo tratamiento fracasará.

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Mala alineación dental

Por último, y aunque de casos encontramos muchos más, tenemos a aquella personas con una alineación dental demasiado deficiente como para esperar acabar con la boca perfecta solo con un tratamiento poco invasivo como, por ejemplo, unas carillas dentales. Afortunadamente contamos con sistemas de corrección ortodóncica capaces de corregir malposiciones extremas, por lo que no siempre la boca perfecta se consigue fácilmente y “en pocas sesiones”.

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Ausencias dentales

En algunos casos el paciente que no tiene muelas pretende rehabilitarse solo la parte anterior, o sea, la que se ve, y en ningún caso quiere solucionar la ausencia de muelas (funcionalmente imprescindibles). En estos casos, primero hay que priorizar la funcionalidad y rehabilitar las piezas posteriores, para más adelante, si se desea, pensar en la parte estética. No puedes exigir a tus dientes anteriores que, además de bonitos, se responsabilicen de la masticación.

¿Entonces, cómo conseguir una boca perfecta?

Pues a menos que tengas una muy buena base, o sea, unas arcadas maxilar y mandibular amplias, una buena mordida, los dientes bastante alineados, una encía sana y proporcionada y un labio que al sonreír muestre la zona adecuada, solo podrás acceder a una sonrisa perfecta con tratamientos más agresivos y rehabilitadores, como por ejemplo, con implantes dentales, con coronas dentales en piezas dentales previamente endodonciadas o incluso, en aquellos casos más exigentes, con cirugía ortognática.

Tener dientes perfectos, ¿es posible?

En efecto, la odontología permite conseguir resultados espectaculares, pero en ningún caso podemos saltarnos las leyes de la física. Cada boca tiene sus posibilidades, al igual que otras partes de nuestro cuerpo, por lo que hemos de ser conscientes de nuestras limitaciones a la hora de proyectar nuestros deseos.

La odontología no puede obviar la naturaleza de cada persona

De bocas hay de tantos tipos como de narices: una por cada persona. Pretender conseguir la boca de otra persona es complicado, sobre todo cuando esta persona no tiene apenas elementos en común.

Dicho de modo sencillo, nuestra biología particular es única y hay que respetarla, pues sus limitaciones son insalvables. Es decir, si de adulto tienes una boca con el paladar estrecho nunca podrás aspirar a una sonrisa amplia a menos que te sometas a cirugía ortognática; si tienes sonrisa gingival extrema lo mejor que puedes hacer es cuidar tus encías, pues estas se verán siempre; si eres bruxista o tu oclusión es anómala, esto será lo primero que debas solucionar.

Por tanto, y al igual que un chico de 168 cm que nunca podrá a llegar a ser un modelo de 190cm, nuestra boca tiene un recorrido limitado y obviar su naturaleza es como engañarse a sí mismo al solitario. Hay que saber hasta dónde podemos mejorar nuestra boca y, hasta donde podamos, entenderla y respetarla. Solo así nuestras expectativas llegarán a ser realistas y podremos quedar satisfechos con un tratamiento de estética dental.

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Si tienes alguna duda sobre cualquier tratamiento dental escríbenos y nos pondremos en contacto contigo con la mayor brevedad posible.

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