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Historia de las carillas dentales
Las carillas dentales son uno de los recursos más populares para aumentar la belleza de tu sonrisa.Son un tratamiento de estética dental perfecto para lograr una sonrisa de Hollywood en apenas unos días y sin dolor.
De hecho, fue en el mundo del cine y la televisión donde aparecieron los primeros tratamientos de estética dental con carillas. En medio de una sociedad americana ensalzada por los maravillosos años 20 del pasado siglo, cuando Hollywood emergía como un potente agente cultural, surgió la necesidad de mejorar las sonrisas de actrices y actores, ya que por más guapos, maquillados y bien vestidos, sus bocas eran, en algunos casos, estéticamente cuestionables.
Si además añadimos la irrupción de la comercialización de películas en color, hecho que aumento la necesidad de mejorar la estética y el color de muchas dentaduras, era inevitable que surgiera en la odontoestomatología la necesidad de crear algún tratamiento que fuera capaz de mejorar la sonrisa de los artistas.
El creador de las primeras carillas dentales fue el Dr. Charles Pincus, dentista californiano, que con su creación pretendía mejorar las sonrisas de aquellos actores y actrices que habían fracasado en el cuidado de sus dientes.

De hecho, la época en cuestión estaba dominada por una, digamos, relajación en cuento a los hábitos higiénicos dentales, por lo que no eran pocas las personas que presentaban una boca poco atractiva. Nada tiene que ver con la explosión de la estética dental que, sobre todo a partir de los años 80, dominaban la cultura occidental.
Las primeras carillas dentales distaban mucho tanto en funcionalidad como en estética de las actuales carillas dentales.
Las que se utilizaban en los años 30 en Hollywood eran unas finas láminas de porcelana que, como ahora, cubrían la cara exterior (vestibular) de los dientes, alineándolos y armonizando en color y forma la sonrisa de sus portadores. Así, tenían solo como función embellecer las sonrisas de los artistas el tiempo que durase la exposición pública, esto es, tenían que durar solo para el rodaje, la presentación, la entrevista o lo que fuese que exponía al artista ante las cámaras y el público

Eran, por tanto, meramente estéticas y no disponían de funcionalidad alguna. Tanto era así que, una vez finalizada la exposición tenían que ser retiradas, ya que la cementación era solo provisional. No podían ni comer con las carillas, por lo que su funcionalidad era nula.
Tal fue el éxito del trabajo del Dr. Pincus que los “laminados de Hollywood”, que era como llamaban a las carillas por aquel entonces, empezaron a ser el objeto de deseo de actores y actrices como, Elizabeth Taylor, Joan Crawford, Walt Disney, James Dean, Montgomery Clift o Mae West. Fue así como empezaron a llamar al Dr. Pincus el “dentistas de las estrellas”.
Un dato curioso respecto al trabajo del Dr. Pincus tiene origen en la película “Stand Up and Cheer!”, de 1934. La actriz protagonista, Shirley Temple, conocida como la niña de oro de Hollywood, tenía por aquel entonces 6 años de edad, por lo que estaba en plena fase de recambio de dentición de leche a definitiva. Debido a las particularidades de esa edad, con dientes de leche perdidos y definitivos aún por erupcionar, la boca de la pequeña actriz presentaba demasiadas irregularidades para la industria de Hollywood, por lo que el Dr. Pincus diseñó unas carillas para que la niña de oro luciera sonrisa ante la cámara. Se da el hecho que las hermanas gemelas Olsen repitieron “truco” años más tarde.
Otro caso conocido, y que pasó a los anales de la historia del cine, fue el de la gran actriz Judy Garland en la película “El Mago de Oz” (1939). Aquella fue una de las primeras cintas en color, por lo que el trabajo que hizo el Dr. Pincus con la actriz pudo lucir como nunca antes. Se decía que la actriz presentaba diastemas generalizados (espacios entre los dientes), por lo que las carillas dentales del Dr. Pincus fueron perfectas.
Cómo se fabrican las carillas dentales
Hoy en día existen varios sistemas de fabricación de carillas.
Principalmente, por un lado, las fabricadas con el método clásico de estratificación cerámica, sistema a través del cual el técnico protésico elabora las carillas dentales a través de un molde. Son, por así decirlo, como pequeñas obras de arte que el paciente llevará en la boca una vez el dentista se las.
Por otro lado existe el método más vanguardista y tecnológico, esto es, con tecnología CAD-CAM (diseño y fabricación guiada por computador). Esta tecnología consta de un conjunto de recursos tecnológicos donde destaca el escáner intraoral y la fresadora de prótesis dentales.
Con la ayuda de esta tecnología, experiencia y pericia, se pueden elaborar unas carillas dentales adaptadas 100% al gusto del paciente en apenas unas horas.
El proceso con CAD-CAM permite que un potente software diseñe las carillas que, minutos después, podrán elaborarse en una fresadora que esculpe la carilla deseada a partir de un pequeño bloque cerámico.

Otras carillas pueden incluso elaborarse en la propia boca del paciente. Hablamos de las carillas de composite, un material polímero (resina) que puede moldearse sobre los mismos dientes del paciente. Es un sistema que exige mucha pericia por parte del odontólogo, pues debe hacer una obra de arte sobre el diente del paciente mientras éste espera impaciente un resultado perfecto.
Cómo se ponen las carillas dentales
El proceso por el cual las carillas dentales acaban colocadas sobre los dientes del paciente se llama cementación. Este proceso exige de un cuidadoso protocolo para que la colocación de las carillas sea resistente y mantenga la estética de las prótesis.

Las acciones que debe realizar el odontólogo para obtener el éxito en la cementación van desde la preparación de las propias carillas, hasta la preparación de los dientes que servirán de soporte.
Así, y debido a que las carillas se adhieren sobre el esmalte de los dientes, estos deben estar antes perfectamente dispuestos. En caso de necesitar tallar el diente (reducción de la superficie del diente para colocar las carillas), esto será evidentemente lo primero a realizar, ya que el propio diseño y elaboración de las carillas será en base a estos dientes ya preparados.
El resumen del protocolo de cementación de carillas consta de las siguientes acciones:
Preparación del esmalte del diente
Este proceso se realiza mediante la aplicación de un material ácido (ortofosfórico), que una vez aplicado y retirado graba el esmalte dental, para que posteriormente podamos aplicar una fina capa de resinas adhesivas que permite el sellado perfecto a la carilla.
En esta fase es necesario también que la encía se retraiga para que el margen de las carillas quede perfectamente ajustado.
Cementado de las carillas propiamente dicho
Una vez los dientes y las carillas están listos, solo falta cementar las carillas. Este proceso se realiza gracias a un cemento fluido de resina (composite) muy potente que fragua sola o con la luz, o sea, que es foto o autopolimerizable.
Este cemento de composite se coloca en el interior de la carilla para ser adherido al diente, donde se endurece para que carilla y esmalte se “fundan” mecánicamente. El composite sobrante se retira y el odontólogo pasa a repasar la cementación y a ajustar las carillas a la estética y oclusión perfectas.
Preparación de las carillas
En función del material de las carillas, el odontólogo deberá previamente gravar las carillas para que se abra el poro de la cerámica y posteriormente la adhesión sea la correcta.
Los materiales cerámicos se graban con ácido fluorhídrico una vez las carillas han sido limpiadas de todo resto indeseado. Una vez realizado este paso, las carillas deben secarse totalmente y pinceladas en la cara interior con silano, un material que provocará una reacción química que ayudará a la adhesión de la carilla.

¿Pueden dañar las carillas dentales nuestros dientes?
De lo poco que la preparación de las carillas dentales puede afectar a los dientes, es la reducción dentaria en caso de necesitarla para colocar las carillas. Es decir, el tallado que tiene que realizar el dentista como fase previa a las carillas.

Evidentemente, este tallado retira parte del esmalte dental, por lo que el diente queda definitivamente alterado.
Sin embargo, cada vez es menos necesario tallar los dientes porque los materiales utilizados actualmente son más duros y resistentes que tiempo atrás, por lo que podemos elaborar carillas estéticas y resistentes con espesores muy bajos (0,3mm), algo que permite colocar las carillas sin necesidad de tallar el diente.
Sin contar con el tallado, las carillas dentales solo hacen que proteger el diente de los agentes externos que lo dañan.
Eso sí, la higiene con carillas debe ser más exigente, pues una mala higiene dental puede favorecer la presencia de bacterias en las zonas de ajuste de las carillas.
¿Cómo se cuidan las carillas dentales?
Pues como los propios dientes: mucha higiene dental (lavarse bien los dientes y las encías), visitas periódicas al dentista (limpiezas y revisiones anuales), hábitos saludables (comer bien, beber agua, etc.) y usos adecuados (no morder huesos, alimentos duros, proteger los dientes de golpes, etc.). Si sigues estos sencillos consejos, las carillas le durarán muchos años.
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