Índice de contenidos
Son muchas las personas que acuden o llaman a la clínica dental diciendo que sufren fobia dental. Se muestran angustiados y no dejan de decir que solo de pensar en el dentista sufren auténtico pánico. No obstante, una vez la persona acude a nuestra clínica y realizamos el primer contacto, podemos comprobar que no presentan síntomas claros de poseer una auténtica fobia dental.
Podemos decir que la gran mayoría de personas que afirman sufrir fobia dental solo presentan ansiedad dental, algo cuantitativa y cualitativamente diferente a la fobia.
¿Qué es la ansiedad dental?
Es la respuesta psicofisiológica ante estímulos internos o externos que son interpretados como amenazas y que activan el sistema nervioso autónomo (simpático).
Estos estímulos pueden ser también pensamientos, sensaciones corpóreas, conductas motoras, etc. Lejos de ser algo “estúpido” o “inútil”, la ansiedad tiene la función de regular el organismo y adaptarlo a su entorno, o sea, es algo imprescindible y funcional para el ser humano.
La ansiedad es muy primitiva en la evolución humana (filogénesis) y es uno de los motivos por los cuales los humanos hemos podido sobrevivir a lo largo de los siglos.
Por tanto, la ansiedad dental es una respuesta natural a unos estímulos que son interpretados como peligrosos y que ponen al organismo en estado de alerta.
No debería de parecer algo extraordinario el hecho de que una persona reaccione con ansiedad ante una aguja de anestesia o a una turbina dental, ¿verdad?
La ansiedad es algo normal e inevitable, aunque en grados elevados y en contextos inadecuados puede ser disfuncional y generar mucho malestar.
Esto es porque los efectos de la actividad del sistema nervioso simpático son generalizados y perdurables (te dejan, como se dice popularmente, como si te hubiera pasado un camión por encima).
El problema de la ansiedad, por tanto, es cuando lejos de ayudarte a adaptarte a tu entorno, te lo impide. En eses momento se genera un círculo vicioso entre qué pensamos, cómo reacciona nuestro cuerpo y qué acción llevamos a cabo para solucionarlo.

Por ejemplo, una vez sentado en el sillón dental:
Cognitivo
Pienso que el dentista me va a provocar dolor, que es insoportable, con lo que estoy hipervigilante, solo me centro en el posible dolor y soy incapaz de pensar en nada más.
Fisiológico
Mi sistema nervioso autónomo (simpático) segrega adrenalina, noradrenalina, etc., me falta la respiración, empiezo a sudar, el corazón me va a mil…
Motor
Me pongo tenso, cierro la boca, alzo el brazo para retirar la mano de mi dentista, retiro la cara, etc.
Y vuelta a empezar con el círculo: Cognitivo: pienso que he perdido el control, que el dentista pensará que tengo un problema, etc.; Fisiológico… Motor…
Y la fobia dental
Por otro lado, la fobia dental es el grado extremo de la ansiedad dental y se basa en una preocupación extrema, marcada y persistente. Además a veces va acompañada de conductas de evitación de los estímulos relacionados con la odontología que provocan interferencias en la vida rutinaria de la persona (trabajo, estudios, relaciones sociales, actividades, etc.).
Dicho de modo sencillo, la fobia dental te provoca auténticos pensamientos de terror que te impiden llevar una vida “normal”.
La fobia dental (odontofobia, dentofobia, fobia al dentista) es una de las fobias llamadas “específicas”, como podrían ser las fobias a las situaciones sociales, a volar, a las arañas o a cualquier estímulo concreto.
Una de las clasificaciones más usadas en el mundo de la psicología y la psiquiatría es el DSM (Manual of Mental Disorders) de la American Psychiatric Association, consideraría una fobia dental cuando se cumplieran los siguientes criterios, a saber:
Criterios para el diagnóstico de la Fobia específica (300.29)
A. Temor persistente que es excesivo o irracional, desencadenado por la presencia o anticipación de un objeto o situación (p. ej., volar, precipicios, inyecciones, sangre).
B. La exposición al estímulo fóbico provoca una respuesta de ansiedad, que puede transformarse en una crisis de angustia situacional relacionada con una situación determinada.
Nota: En los niños la ansiedad puede traducirse en lloros, berrinches o abrazos.
C. La persona reconoce que este miedo es excesivo o irracional. Nota: En los niños este reconocimiento puede faltar.
D. La(s) situación(es) fóbica(s) se evitan o se soportan a costa de una intensa ansiedad o malestar.
E. Los comportamientos de evitación, la anticipación ansiosa, o el malestar interfieren con la rutina de la persona, con las relaciones laborales, académicas o sociales, o bien provocan un malestar significativo.
F. En los menores de 18 años la duración de estos síntomas debe ser de 6 meses.
G. La ansiedad, las crisis de angustia o los comportamientos de evitación fóbica asociados a objetos o situaciones pueden explicarse por la presencia de otro trastorno mental.
Por ejemplo: un trastorno obsesivo-compulsivo (p. ej., miedo a la suciedad relacionado con ideas obsesivas de contaminación), trastorno por estrés postraumático (p. ej., evitación de estímulos relacionados con un acontecimiento estresante), trastorno de ansiedad por separación (p. ej., no ir a la escuela), fobia social (p. ej., evitación de situaciones sociales que resulten embarazosas), trastorno de angustia con agorafobia, o agorafobia sin historia de trastorno de angustia.
Especificar tipo:
- Tipo animal
- Tipo ambiental (p. ej., alturas, tormentas, agua)
- Tipo sangre-inyecciones-daño
- Tipo situacional (p. ej., aviones, ascensores, recintos cerrados)
- Otros tipos (p. ej., evitación de situaciones que provocan atragantamiento, vómito o adquisición de una enfermedad; en niños, evitación de sonidos intensos o personas disfrazadas).
Fuente: https://www.psychiatry.org/
Cómo puedo saber mi grado de ansiedad/fobia dental
Normalmente las personas que dicen sufrir fobia dental solo presentan niveles asumibles de ansiedad dental. Sin embargo, son muchas también las personas que no pueden tener una salud bucodental adecuada por presentar niveles patológicos de ansiedad dental o fobia.
De los recursos disponibles para discernir estas situaciones, en Sanz Clínica Dental contamos con el cuestionario Modified Dental Anxiety Scale (MDAS) (Carrillo, 2013).
¡Calcula el resultado!
Una vez obtenida la puntuación, el equipo psicológico y médico de Sanz Clínica Dental considera como ansiedad elevada y severa las puntuaciones de más de 13 puntos. En cuyos casos recomienda la práctica de sedaciones conscientes con óxido nitroso para los tratamientos odontológicos. En casos de ansiedad moderada (menos de 13 puntos), creemos que podemos atender a los pacientes siguiendo protocolos especiales pero sin necesidad de recurrir al uso de medicamentos ni sedaciones de ningún tipo.
¿Quieres más información?
Si tienes alguna duda sobre cualquier tratamiento dental escríbenos y nos pondremos en contacto contigo con la mayor brevedad posible.