Los que somos padres y madres queremos siempre lo mejor para nuestros hijos. De eso no hay duda. No obstante, no siempre tenemos los conocimientos necesarios para poder conseguirlo.

La ortodoncia infantil o ortodoncia interceptiva es una de esas cuestiones que normalmente escapan al conocimiento general y que, por lo tanto, necesita de la divulgación constante por parte de los profesionales.

Es más, el hecho de que este tipo de ortodoncia de deba plantear en edades tempranas de desarrollo, apremia aun más a los padres y madres a visitar junto con sus hijos a su ortodoncista de confianza. El motivo es que la ortodoncia interceptiva no solo corrige la posición de los dientes, sino que también guía y corrige el desarrollo de las estructuras óseas de los maxilares.

10 indicios de que tu hijo necesita ortodoncia infantil

Para ser más directos, es imprescindible que todo niño y niña de 6 años de edad visite por primera vez a un ortodoncista para realizar una exploración completa y que el profesional valore el estado de sus estructuras dentomaxilofaciales. Y es así porque, de haber un problema de desarrollo óseo, tenemos que afrontarlo entre los 6 y los 10 años.

¿Qué es la ortodoncia interceptiva o infantil?

10 indicios de que tu hijo necesita ortodoncia infantil

La ortodoncia interceptiva es la ortodoncia que busca interceptar los posibles problemas estructurales en la boca de los niños en edad de crecimiento.

El objetivo final es facilitar una correcta dentición definitiva con una buena oclusión y alineación dental. Por lo tanto, es necesario atacar el problema cuando los huesos del niño aún están en desarrollo y son más fáciles de moldear con aparatología interceptiva.

Señales para saber si tu hijo necesita ortodoncia infantil

Pese a que hay problemas que pueden saltar a la vista, otros necesitan de un mayor conocimiento para ser percibidos. Es por ello que os daremos aquí algunos indicios para que podáis identificar más fácilmente si vuestro hijo necesita ortodoncia interceptiva.

E

Problemas al morder o masticar

Hay algunos indicios claros de que tu hijo no muerde como debería. Por ejemplo, que haga muecas cuando mastica, que muerda solo por un lado o que tenga una mordida cruzada (que tenga dientes del maxilar superior por detrás de los dientes del maxilar inferior).

E

Erupción tardía de las piezas dentales

Del mismo modo que una pérdida a destiempo de un diente de leche genera problemas, el hecho que éstos erupcionen tarde también los genera.

Pese a que cada niño sigue un patrón determinado y diferente de desarrollo, se entiende que, por norma, existe un retraso cuando la primera pieza dental erupciona más allá de los 12 meses de edad. Lo habitual, sin embargo, es que con 7 u 8 meses el bebé tenga sus primeros dientes de leche y con 7 años empiece a contar con sus primeros dientes definitivos (incisivos centrales). En este caso, se considera problemático cuando a los 8 años aún no se dispone de ninguna pieza dental definitiva.

Tampoco hay que olvidar que, en algunos casos, incluso los adultos carecen de alguno de los dientes debido a una patología llamada agenesia que impide que éstos erupcionen.

E

Diastemas o espacios interdentales demasiado grandes entre los dientes

Sea por tener los dientes demasiado pequeños, por carecer de piezas dentales o por tener un maxilar demasiado ancho, los espacios interdentales desmesurados provocan alteraciones en la alineación y en la mordida.
E

Problemas de alineación, apiñamiento o dientes desplazados y que no encajan

Para tener una buena oclusión es necesario que los dientes de ambos maxilares encajen a la perfección, como una caja donde el maxilar superior cubre parte del inferior. De no ser así, la oclusión quedará comprometida. Los motivos más habituales de este desajuste suelen ser ser tener los dientes demasiado grandes o el paladar demasiado estrecho. Si se posee ambas cosas es muy probable que se necesite una actuación ortodóntica a edad temprana.
E

Respiración oral (respiración por la boca)

Las oclusiones anómalas pueden producir la necesidad de respirar por la boca en lugar de por la nariz, debido a que la posición de descanso de los labios en reposo no ofrece la comodidad necesaria para ello.
E

Pérdida prematura o tardía de los dientes de leche

Si un diente de leche cae a destiempo, la dentición definitiva puede quedar comprometida ya que la pérdida del diente de leche puede condicionar negativamente el lugar donde erupciona el diente definitivo. Es decir, los dientes de leche tienen que caer cuando el definitivo está listo para ocupar su lugar.

Para impedir que los dientes de leche de tus hijos caigan cuando toca, tenemos que: mantener una perfecta higiene; cuidar al máximo la alimentación; y para los creyentes, rezar para que no se caigan y pierdan algún diente.

E

Malos hábitos como succionar un dedo o usar chupete de manera prolongada.

La succión de los dedos de manera prolongada, habitualmente el pulgar, o el uso del chupete de manera continua, provoca que los dientes centrales superiores vayan hacia delante y los inferiores hacia atrás, lo que acaba provocando lo que llamamos mordida abierta.

Este tipo de mordida provoca que los dientes incisivos de ambos maxilares no contacten entre sí, generando una maloclusión que precisa de tratamiento ortodóntico temprano.

E

Dientes o maxilares desproporcionados.

Pese a que cada fisionomía es única, es fácil de observar cuando un maxilar es demasiado prominente o cuando hay asimetrías en el rostro. Si este es el caso de tu hijo, acude cuanto antes al dentista para poner remedio temprano.

E

Dificultades en el habla

Si cuando tu hijo habla, percibes que emite algunos sonidos con dificultad, es posible que tenga problemas en la articulación de ciertos sonidos debido a problemas de oclusión.

No olvidemos que la articulación de fonemas exige de la correcta implicación de varios elementos como, por ejemplo, los dientes, la lengua o los labios, y que las anomalías oclusales pueden alterar la habilidad articulatoria.

E

Dientes prominentes (que sobresalen en desmedida).

Los dientes que sobresalen demasiado de la arcada dental, sean inferiores o superiores, conllevan normalmente una mala oclusión dental, lo que puede estar relacionado con un inadecuado desarrollo de los maxilares. Como decíamos anteriormente, hábitos como succionar el dedo o usar el chupete pueden ayudar a crear este problema.

¿Aún dudas de si tu hijo necesita ortodoncia infantil?

Si aun después de leer este artículo continuas teniendo dudas sobre el estado de la boca de tu hijo, la instrucción es sencilla: a los 6 años tu hijo tiene que haber visitado ya al dentista. Si tiene algún problema, será el momento de empezar a trazar su corrección; y si no presenta alteración alguna, habrá vivido una sesión de dentista sin dolor ni malas experiencias, con lo que estarás favoreciendo futuras visitas al especialista.

¿Quieres más información?

Si tienes alguna duda sobre cualquier tratamiento dental escríbenos y nos pondremos en contacto contigo lo antes posible.

¿Te ha parecido este, un artículo 5 estrellas? Déjanos tu valoración:

1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (1 votos, promedio: 5,00 de 5)
Cargando...

Formulario Lateral ES
close slider

    Pide cita con los mejores especialistas

    Apostamos por la calidad y contamos con las últimas tecnologías en odontología.

    Tratamiento: